Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1 : 27 RVR.
Dios nos creó a su imagen y semejanza, algo hermoso, lo más hermoso de la creación; pero el pecado se encargó de traer tinieblas, caos y desorden a nuestras vidas. En nuestro corazón se mueve la confusión y la desolación.
El pecado nos mantiene en el reino de las tinieblas, el padre de las tinieblas ciega nuestras mentes para que no veamos la luz del evangelio (2 Corintios 4:4 RVR).
Pero cuando nos volvemos a Cristo y aceptamos su Palabra, el mover del Espíritu Santo resplandece en nuestros corazones y empezamos a diferenciar las tinieblas de la luz produciendo un nuevo nacimiento, transformándonos en una nueva creación.
De modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. (2Corintios 5:17 RVR).
Un alma que no ha nacido de nuevo está vacía, en oscuridad, hay desorden y confusión. Y si aún no hemos puesto orden a nuestras vidas experimentamos soledad, angustia, tristeza, temor, depresión, resentimientos, falta de perdón, ......
Hasta que no permitamos que el mover del Espíritu Santo actúe por medio de La Palabra; no manifestaremos la belleza, el orden, la luz, la vida y la imagen de Dios.
Decidamos amar La Palabra de Dios.
DIOS TE BENDICE.
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