Nuestra vida cristiana opera desde los lugares celestiales, de arriba hacia abajo, tiene su origen en el cielo.
Lo que ocurre en los lugares celestiales se manifiesta o lo manifestamos aquí en la tierra.
Nuestra vida se manifiesta desde el cielo, una nueva vida; es la vida de Cristo.
Cuando estábamos muertos espiritualmente estábamos en la tierra, ahora tenemos una nueva posición celestial que funciona por medio de la Fe. Tenemos un nuevo origen, una nueva ciudadanía (Fl.3:20 RVR.) Dios nos dio vida juntamente con Cristo y juntamente con él nos resucitó, y así mismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. (Ef.2: 4,6 RVR)
Esto lo podemos comparar con la televisión vía satélite:
Los canales hacen su programación, envían las señales a un Centro de emisión, la recibe un Satélite que está en el espacio, éste la envía a la tierra a una antena parabólica y de la antena parabólica llega la señal al televisor, a los teléfonos e internet. Aunque estamos en la tierra, recibimos la señal que viene del satélite.
Dios nos sentó al lado de Cristo para que tengamos una vida nueva en él. Y para poder desarrollar esa nueva vida debemos esforzarnos diariamente en conocerlo a través de Su Palabra.
REFLEXIÓN:
¿Qué tanto me estoy esforzando en meditar La Palabra de Dios?
¿Tomaré alguna decisión?
DIOS TE BENDICE
Bibliografía:
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