El mismo Dios que dijo: “la luz brillará
en la oscuridad” iluminó nuestro corazón para que conociéramos su gloria que
brilla en el rostro de Jesucristo.
2 Corintios 4:6 (PDT)
Así como el Espíritu de Dios se
movía sobre la superficie del agua cuando Dios creó la luz, así se mueve sobre
el alma. Él actúa para traer convicción a nuestros corazones y después nos
regenera. Y la luz del evangelio de Cristo, quien es imagen de Dios, brilla en
nuestro interior.
Hoy Jesús reitera su invitación a
que lo aceptes, él dijo: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, no andará
en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
REFLEXIÓN:
¿Qué pensamientos o sentimientos
vienen a tu mente después de meditar en La Palabra de hoy?
ORACIÓN:
Tú eres un Dios maravilloso,
deseas lo mejor para mí, deseas tu prosperidad en mi vida, gracias porque en
Cristo puede brillar tu luz en mi alma. En el nombre de Jesús. Amén.
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