La
luz es el agente físico que permite que los objetos sean visibles. El término
también se usa para mencionar la claridad que irradian los cuerpos, a la
corriente eléctrica y a utensilios que sirven para alumbrar.
En
la Biblia, es una metáfora que simboliza la justicia como la luz de la aurora (Pr.4:18) y para referirse a los hijos de
Dios como las estrellas del firmamento (Fl.2:15).
Jesús la usó como descripción de buenas obras cuando dijo:
“Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo
alto de una colina que no puede esconderse. Nadie enciende una lámpara y luego
la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde
ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus
buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre
celestial”
(Mateo 5: 14,16) NTV.
Jesús es la Luz del mundo. Si ustedes me
siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a
la vida, dijo él en Su Palabra. (Juan 8:12).
Él nos
hace luz y cuando lo recibimos en nuestro corazón recibimos su luz y
brillamos por su luz. Somos como la luna que
no brilla con luz propia sino con la que recibe del sol.
REFLEXIÓN:
¿Ya decidiste seguir a Cristo como la Luz
del mundo?
¿Qué pensamientos o sentimientos vienen a
tu mente, pensar que puedes reflejar la Luz de Cristo?
OREMOS:
Señor Jesús, quiero seguirte. Por eso,
decido darte el control de mi corazón para que tu luz venga a mi y tenga el
privilegio de irradiarla. Amén.
DIOS TE BENDICE
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