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ENSEÑANZA: “DIOS, ES UN DIOS DE PROMESAS”



 

 

INTRODUCCIÓN:

“Un nuevo millonario que no sabe de su fortuna”. Este fue el título de una noticia publicada en un periódico de Bolivia. El hombre que vivía en las calles de Santa Cruz de la Sierra, Tomás Martínez, de 67 años pensó que la policía lo estaba buscando por su vida alcóholica y los hábitos de drogas. El hombre desapareció sin dejar rastros y lo estaban buscando porque había heredado 6 millones de dólares.

Yo creo que nosotros somos como Tomás, ignoramos las riquezas espirituales incalculables que hemos recibido con Cristo y vivimos como mendigos espirituales. (Ro.8:17) dice que Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo. Esta herencia no se corrompe, no se destruye, es segura y es preciosa; fue reservada y está preservada por Dios.

Así, nos dio promesas preciosas y valiosas; confiando en ellas, ustedes serán semejantes a Dios y podrán escapar del mundo, el cual será destruido a causa de los malos deseos de los seres humanos.

(2Pedro 1:4) PDT.

DESARROLLO

¿Qué es una promesa?

·         Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo. Es un compromiso que asume una persona con otra a través de la palabra al comprometerse con el cumplimiento de una acción en concreto. (RAE).

¿Qué es una promesa de Dios?

·         Es la expresión de su amor, revela lo que él es por causa de Cristo.

 

 

 

¿Sabes cuántas promesas existen en La Biblia?

·         Algunos teólogos dicen que hay más de 7 mil, otros que dicen 5 mil y otros 3.565; de todas maneras, están a nuestra disposición para que participemos de su naturaleza divina.

Reflexión:

·         ¿Cuántas de estas promesas hemos echado mano?

·         ¿De cuántas nos hemos apropiado?

·         ¿De cuántas estamos disfrutando o haciéndolas realidad en nuestras vidas?

Dios no es un ser humano para que mienta o cambie de opinión. ¿Acaso él no hace lo que dice, o no cumple lo que promete?

(Números 23:19) PDT.

Las promesas de Dios deben ser parte importante de nuestra vida cristiana,  pues todas nuestras creencias están basadas en ellas, deben ser el fundamento de nuestro diario vivir.

Las promesas de Dios son la base de nuestra fe y de nuestra esperanza. Cuando comenzamos nuestra vida cristiana, quizás de manera inconsciente disfrutamos de las promesas de fe, de las promesas de salvación. Estas promesas son absolutas, son incondicionales: la vida eterna, la segunda venida de Cristo, el nuevo pacto que hizo Dios con su pueblo.

¿Quién es el autor de las promesas?

·         Dios. Cristo las compró. (2Co.1: 18,19) RVR.

 

Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.

¿Cuál es el fundamento de las promesas?

El fundamento de las promesas descansa en el hecho de que Dios es un Dios de pactos y la esencia del pacto es la gracia, es Dios mismo. (Jer.31:33)

¿Quiénes reciben las promesas de Dios?

·         Los que están unidos a Cristo por medio de la fe y la gracia de Dios.

Recuerden que ustedes no tenían a Cristo: no eran ciudadanos de Israel, no tenían nada que ver con los pactos ni con las promesas de Dios. Ustedes vivían sin Dios en el mundo y sin ninguna esperanza. Pero ahora, unidos a Jesucristo ya no están lejos de Dios porque la muerte de Cristo los acercó a Dios.

(Efesios 2: 12,13) PDT

¿Cuántas clases de promesas hay?

Muchas. Y la más grande promesa para nuestras vidas son las promesas de salvación y para recibirlas no tenemos que hacer nada porque Cristo las compró, él pagó el precio, es gratuita.

Las promesas de fe están unidas a las promesas de salvación:

·         Nos hace sus hijos,

·         Nos promete su Espíritu y él produce en nosotros:

·         Un nuevo nacimiento, asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios, herederos y coherederos con Cristo; asegura nuestra santificación, nos produce convicción de pecado y arrepentimiento y renueva nuestra mente por Su Palabra. Nos promete darnos fe, por su fruto en nosotros.

·         Promesas de perdón (1Jn.1:9)

·         Promesas de sanidad. (Is.53:5)

·         Promesas de provisión. (Fl.4:19)

·         Promesas de fortaleza. (Is.41:10)

·         Promesas de consuelo. (Sal.23:4)

·         Promesas de confianza y valentía. (Dt.31:8)

·         Promesas de descanso y paz, (Mt.11:28)

·         Promesas de protección. (Sal 91).

 

Es importante no descansar en una fe general acerca de las promesas, sino una fe específica, una promesa para cada situación y para que se aplique en nuestra vida no solo basta solo con creerlas, implica varias cosas:

1.  Una frecuente y seria meditación de La Palabra.

2.  Tenerlas al alcance de nuestra mano para cuando venga la aflicción ya tenerla preparada para luchar contra esa aflicción. Esto conlleva que ya la hemos memorizado, al meditarla estará cerca de nuestro corazón y el Espíritu Santo nos la recordará.

3.  Esperar pacientemente por el cumplimiento de ellas.

4.  Orar por las promesas, debe formar parte de nuestras oraciones, la oración nos sostiene, nos da impulso para seguir adelante.

La seguridad que tenemos al estar unidos a Dios es esta: Dios escucha nuestras oraciones cuando le pedimos conforme a su voluntad. Puesto que sabemos que Dios nos escucha, tengamos la certeza de que él nos dará cualquier cosa que le pidamos.

(1 Jn.5: 14,15) PDT.

 

¿Dónde se encuentran las promesas?

·         En La Biblia.

¿Por qué no se cumplen las promesas en mi vida?

·         Por causa de mi fe y paciencia. No somos diligentes en la meditación de La Palabra y en la oración. (Heb.6:12)

 

Somos llamados a vivir bajo las promesas de Dios.

Somos llamados a vivir bajo la confianza de Dios y que todo lo que él ha prometido se cumplirá y en esa fe descansa nuestra alma.

Somos llamados a vivir por fe, no por vista.

Dios te bendice

 

 

 

 

 

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