Las noticias de Jesús se
extendían cada vez más. Se le acercaban multitudes de Jerusalén, de toda la
región de Judea y de Tiro y Sidón, ciudades de la costa. Todos iban a
escucharlo y a que les sanara de sus enfermedades. Le llevaban cojos, ciegos,
sordomudos, paralíticos, los que sufrían graves dolores y los que eran
atormentados por espíritus malignos.
Los milagros de sanidad
de Jesús, tanto físicos como espirituales forman parte del plan de Dios. Sus
promesas de sanidad divina son para todos los que creen en él y le siguen, los
que reconocen su autoridad y se conforman a sus propósitos.
Todo
lo que ustedes pidan en mi nombre, lo haré. Así la grandeza del Padre se
mostrará a través del Hijo. Yo haré lo que pidan en mi nombre.
Juan
14: 13 (PDT)
DIOS
TE BENDICE
Lucas 5: 15; 6:17,18; Mateo
15: 30,31; 4; 24. (PDT)
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