Jesús nos enseñó en el Padre nuestro que perdonemos a los que nos han hecho mal para que Dios también nos perdone. (Mat.6:12).
Y le dijo a sus discípulos: Es imposible que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale, (Lucas 17:1,3 RVR)
Jesús nos enseña que debemos perdonar a todo aquel que nos haga tropezar, nosotros también quizás sin darnos cuenta hemos hecho tropezar a otros, hemos pecado ante Dios; sin embargo su misericordia nos ha perdonado. Como hijos de Dios debemos aprender a no guardar rencor ni resentimientos contra nadie porque de la manera como manejemos la ofensa determinará nuestro futuro.
La ofensa en sí misma no es mortal, pero cuando la guardamos en nuestro corazón produce frutos de resentimiento, amargura, venganza, falta de perdón, enfermedades, entre otros.
Llenemos nuestras mentes con La Palabra de Dios, ella es lámpara que guía nuestros pasos; luz que alumbra el camino (Sal.119:105 PDT). Esto fortalecerá nuestro espíritu.
DIOS TE BENDICE
Gloria a Dios por su palabra
ResponderEliminarJesús nos enseña que debemos perdonar a todo aquel que nos haga tropezar, nosotros también quizás sin darnos cuenta hemos hecho tropezar a otros, hemos pecado ante Dios; sin embargo su misericordia nos ha perdonado. Como hijos de Dios debemos aprender a no guardar rencor ni resentimientos contra nadie porque de la manera como manejemos la ofensa determinará nuestro futuro.