Un
amigo es aquel con el que nos sentimos bien, conversamos y compartimos gustos y
sentimientos. Es el afecto bondadoso y desinteresado, que nace y se fortalece
con el trato, con una conversación constante, cuando se comparten experiencias.
La
forma más simple de conservar y cultivar una amistad es manteniendo contacto
frecuente con ese amigo (a), es comunicarse no de manera superficial sino
participar de nuestro yo a ese amigo (a), con la sinceridad de las palabras,
transmitiendo nuestros puntos de vista y manera de sentir; solo así existe un
intercambio real de pensamientos que desembocan en la comprensión y el
entendimiento.
En
Cristo Jesús podemos encontrar todas estas virtudes. Él quiere ser más que una
cita en nuestra agenda, quiere ser incluido en cada actividad, cada problema,
cada pensamiento. Podemos tener una conversación continua y sobre cualquier
tema todo el día, hablándole acerca de lo que estamos haciendo o pensando en ese
momento, acerca de nuestras fallas y sentimientos. A través de la constante
meditación de Su Palabra podemos saber
lo que él dice, lo que él piensa, lo que a él le gusta, lo que él espera de
nosotros, lo que el Padre le dice de nosotros. Él dijo:
“ya no les digo siervos, porque un
siervo no sabe los planes de su amo. Les digo amigos porque les di a conocer
todo lo que escuché de mi Padre”. Juan 15:15 PDT.
REFLEXIÓN:
¿Sabes cuáles son los gustos de Jesús?
¿Qué es lo que más le interesa?
¿Cómo podré conocerlo?
Empieza
a conocerlo para que puedas amarlo. No podemos amar a alguien que no conocemos.
ORACIÓN:
Señor,
quiero conocerte, valorar tu amistad porque no podré encontrar un amigo que me
ame tanto como tú. Por favor, dame de tu inteligencia para entender Tu Palabra.
Muchas gracias. Amén.
DIOS TE BENDICE
Comentarios
Publicar un comentario