La fe genuina viene por el oír, y el oír La Palabra de Dios (Romanos 10:17 RVR).
La fe genuina produce cambios visibles en nuestras vidas porque La Palabra cambia nuestra manera de pensar para que sepamos lo que es bueno, perfecto y agradable a Dios. (Romanos 12: 2)
La fe genuina tiene un alto porcentaje de relación con Dios, La Palabra nos enseña a obedecer y en la medida que obedezcamos mostramos amor por nuestro Señor. (Juan 14 23 PDT).
La obediencia a La Palabra implica arrepentimiento. Somos transformados a la imagen del Señor por el poder del Espíritu. Aquí empieza el verdadero avivamiento. (2Corintios 3:18 PDT)
La fe genuina no nos avergüenza de dar testimonio de nuestro Señor Jesús. La Palabra aviva el fuego disipando todo temor y cobardía. Dios es fuente de poder. (2Timoteo 1: 7,8 RVR)
Sigamos la enseñanza que hemos recibido, es un tesoro que se nos ha confiado, guardémoslo con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros. (2 Timoteo 1: 13,14 PDT)
Tú y yo tenemos la responsabilidad de avivar nuestra fe con La Palabra de Dios.
REFLEXIÓN:
¿Qué decisión tomaré de ahora en adelante?
DIOS TE BENDICE.
Comentarios
Publicar un comentario