Propósitos:
·
Que el Espíritu Santo nos
convenza que Dios nos ha dado todo el equipamiento para que podamos escuchar Su
voz.
·
Que podamos diferenciar lo que
es Oír la voz de Dios y escuchar la voz de Dios.
Ø ¿CÓMO NOS HABLA DIOS?
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y
útil para enseñar, para redargüir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”
(2Tim.3:16,17)
RVR.
El
método principal de que se vale el Señor para hablar con nosotros es Su
Palabra, es la inspiración del Espíritu Santo controlando las mentes de los
hombres que escribieron las páginas que conforman La Biblia. Ella es el soplo
de Dios a aquellos hombres a fin de que conocieran la verdad.
La
forma más segura en que podemos saber que estamos escuchando a Dios, es a
través de Su Palabra. Dios habla a nuestro espíritu por medio de Su Espíritu
Santo que ahora vive, mora y permanece en nosotros.
Ø OÍR LA VOZ DE DIOS
“Así que la fe es el resultado de oír el
mensaje, La gente oye el mensaje cuando alguien le habla de Cristo”.
(Ro.10:17) PDT
Aquí
tenemos dos elementos que desencadenan la fe: El Oír y La Palabra de Dios. El Oír,
antecede a la fe, la audición tiene la capacidad de producir fe. Pero, ¿Qué
clase de Oír es este?
Es
importante diferenciar la palabra Oír y Escuchar.
Según
RAE, Oír es percibir por el oído los sonidos a lo que alguien dice. Escuchar,
es poner atención o aplicar el oído para oír. La palabra “Shemá” (prounciada
“Smach”), se traduce como “escuchar”. Pero en realidad tiene un significado más
amplio: responder con acción a lo que se ha escuchado, obedecer.
Cuando
Ro.10:17 dice: “el Oír La Palabra de Dios”, no es el oír cotidiano con que
escuchamos lo que sucede a nuestro alrededor. Nuestros oídos deben ser abiertos
para poder recibir Fe.
Dios
habla a nuestro espíritu por medio de Su Espíritu.
(Ro.10;8): “Más ¿qué dice? Cerca de
ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que
predicamos:
La
palabra está cerca de tu boca y tu corazón, de modo que la fe es oír La Palabra desde el interior del
corazón y reconocerlas como el Espíritu de Dios que está hablando, o Cristo
mismo hablándonos y creer lo suficiente para obedecer,
(Hechos16:13,15) Lidia adoraba a Dios y mientras escuchaba el
Señor le abrió su corazón y produjo fe. Ella escuchó desde su corazón.
(1Tes.2:13) “Por lo tanto, nunca dejamos de darle gracias
a Dios de que cuando recibieron su mensaje de parte nuestra, ustedes no
consideraron nuestras palabras como solo ideas humanas. Tomaron lo que dijimos
como la misma palabra de Dios, la cual por supuesto, lo es. Y esta palabra
sigue actuando en ustedes lo que creen.
Aquí
observamos algo importante:
La
actitud de los tesalonicenses al recibir el mensaje: no la recibieron como
palabra de hombre sino como la misma palabra de Dios y esto permitió que
actuara en ellos y por lo tanto escucharon la voz de Dios.
Para
recibir el mensaje como la palabra de Dios, como la voz de Dios es preciso
estar convencidos que Cristo y La Palabra son uno y creer que aquel a quien
nosotros oímos es el Hijo de Dios y creer lo suficiente para obedecer. Oír a
Cristo desde el interior de nuestro corazón. (Jn1:1,2); (Jn 1:14); (Ap.19:11,16)
(Gál,1: 15,16):
El Espíritu de Dios le reveló a Pablo al Hijo para que le predicara a los
gentiles. Tuvo la revelación: Oyó la voz de Dios.
(Jn.5: 37,41): Los fariseos estudiaban con cuidado las
Escrituras pero no habían escuchado la voz de Dios porque no creían en su Hijo.
La
Palabra de Dios va impartiendo vida al corazón, aumenta la fe, la perfecciona,
el Espíritu Santo seguirá haciendo su obra transformadora y de ese modo
empezamos a caminar en el Espíritu, a caminar en la luz y en la ley del amor
para que cada día seamos más sensible a la voz de Dios.
OYENTES AGRESIVOS (Hch 17:11) |
OYENTES PASIVOS (Stgo 1:25) |
Tiene mente y actitud de aprender, hace
los devocionales, se involucra en el proceso de Oír. |
Se involucra en los estudios bíblicos,
pero nunca piensa seriamente en lo que Dios está diciendo. No tiene actitud
de aprender, no estudia, se conforma con lo que escucha. |
Se acerca sabiendo y
esperando escuchar diligentemente lo que Dios quiere decirle. |
No se acerca a Dios
con el fin de escuchar. |
PARA AFIANZAR:
ü ¿Cuál es la
manera más segura de oír la voz de Dios?
ü ¿Por qué no
podemos escuchar la oz de Dios con los oídos naturales?
ü ¿Cuál es el
papel del Espíritu Santo en este proceso?
ü ¿Qué actitudes
podemos tomar como ejemplo para escuchar la voz de Dios?
ü ¿Es posible
saber textos bíblicos y no escuchar la voz de Dios? ¿Por qué?
ü ¿Qué
diferencia existe entre oír la voz de Dios y escuchar la voz de Dios?
ü ¿Qué clase
de oyente soy?
ü
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