EL FRUTO DE LA
BONDAD
En
cambio, el Espíritu produce amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe.
Gálatas
5:22 (RVR1960)
Recordemos: a través de
Jesús, el Padre no solo revela sus promesas, sino que tienen cumplimiento en Su
Hijo; de igual manera, las diferentes dimensiones de su carácter. Cuando
recibimos a Jesús, Su Espíritu viene a morar en nuestros corazones con su fruto
para que podamos desarrollar no solo una actitud, sino también un estilo de
vida que manifieste el carácter de Cristo.
Dios nos ha llamado a
tener un estándar más alto de amor, fidelidad, bondad, etc. Y solo con la
presencia de Su Espíritu podremos lograrlo.
Es importante, conocer
el significado y la diferencia de “Bueno” y de la “bondad amorosa de Dios”. La
bondad amorosa combina las características de la bondad y el amor. En la medida
que estemos meditando en La Palabra de Dios, desarrollamos comunión con el
Señor y el fruto de su Espíritu.
Observemos: en el fruto del Espíritu, se encuentran la
bondad y la benignidad. Ambas están estrechamente ligadas y según el
diccionario Strong 554, la benignidad es amabilidad, gentileza, cortesía, tener
trato suave, ser considerado y atento. La benignidad expresa misericordia,
perdón y bondad en acción. (Mateo 25: 31,40)
Amable, según el
diccionario RAE es ser afectuoso, afable, complaciente, digno de ser amado.
En griego es
conciliador, tolerante, mansedumbre, dominio propio. (Diccionario Mundo
Hispano).
El ser amable involucra
palabras, no gritería, trato suave, expresión del rostro y expresión
corporal, (Efesios
4: 31,32) (Colosenses 3:12)
Ser bueno, es también
ser fiel: (Lucas 19:17)
Ser bueno, es hacer
justicia: La forma en que tratamos a las personas, es más importante para Dios
que si realizamos cualquier ceremonia religiosa. La historia del buen samaritano nos enseña
que él hizo misericordia, hizo justicia, mientras que el sacerdote y el levita
no. (Lucas 10: 30:37); (Proverbios 21:3)
Dios reproduce su bondad
en nuestros corazones la cual nos induce al arrepentimiento y a manifestarla
como testimonio para que otros lleguen a él. (Mateo
5: 14,16)
Estudiar y meditar en La
Palabra promueve la bondad y el fruto del Espíritu Santo. Dios la inspiró para
que pudiéramos estar equipados para “toda buena obra”. (2
Timoteo 3: 16,17)
REFLEXIÓN:
¿Ha sido afectada tu
vida el conocer el atributo de la fidelidad y la bondad de Dios?
Y si no ha sido así,
¿has tomado alguna decisión?
Te
reto a experimentarlo. Tendrás un estilo de vida diferente.
DIOS TE BENDICE
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