Venga
tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra
Mateo
6: 10
Según RAE, Reino es
un territorio o estado con sus habitantes sujetos a un rey.
La Biblia habla del reino de Dios de tres
maneras:
1. En
un sentido universal. Dios es Rey del universo entero. (Sal.145:13);
(Sal.146:10)
2. Del
reinado espiritual de Dios en la vida del creyente, por lo tanto, no está
encerrado dentro de este límite o aquel límite geográfico visible. Es de
carácter interno y espiritual, pero con carácter externo también. Es Jesucristo
en la vida de cada persona que lo recibe como Salvador y Señor.
(Luc.17:20,21). Es el reino de la salvación. (Jn.18:33,37)
3. En
un sentido más restringido, el reino de Dios representa su señorío particular
sobre los hombres que lo reconocen como Rey, lo reciben como Rey, reciben su
gobierno no solo en su vida sino también en sus asuntos.
La
salvación plena restaura las relaciones con Dios y abre las puertas al imperio
de su reino “que entre nosotros está”. Jesús ha enviado a su Espíritu Santo
para que su unción se transmita a nosotros también.
(Luc.4: 16,18) Sobre estos términos solamente
podemos llegar a decir: “El reino de Dios está en mí”.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.
Hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra. (Mat.6: 9, 10)
Hay un orden lógico
en la oración que nos ayuda a entender: cuando decimos “santificado sea tu nombre”,
estoy diciendo que Su nombre sea santo en mi vida, que quiero vivir la
santidad, que sea un vehículo de santidad. Pero cuando oramos así vemos que
chocamos con un mundo diferente al de Dios: el reino de las tinieblas, que
resiste al deseo del creyente por vivir una vida santa por lo tanto, después de
decir “santificado sea tu nombre”, debemos decir: “Venga tu reino” porque si no
es resistido y después decimos: “Hágase tu voluntad”. El reino no será
establecido si no se hace su voluntad, su voluntad no puede cumplirse si no se
ha establecido como Rey.
Nadie se someterá a
su voluntad hasta que se someta a su señorío.
(Ro.10:9,10)
Entonces, no podemos
decir “santificado sea tu nombre” sin que venga su reino y se haga su voluntad,
porque su reino es el derecho de gobernar. Todo fluye junto.
¿En
qué consiste el reino de Dios?
El reino de Dios es
el programa de Dios, el plan de Dios. Desde Génesis 3 encontramos el Plan de
Salvación, toda la historia redentora se está llevando hasta llegar a la consumación
del regreso de Cristo. La plena consumación del reino de Dios se realizará
cuando Jesucristo vuelva. Es lo que Dios ha planeado en la historia para que
Cristo venga a reinar. (Mat-24:44)
Este es el programa
de Dios, el cual se centra en una persona: Jesucristo, en uno que regresará
para reinar como Rey de Reyes y Señor de Señores. Él consumará la historia.
Cuando oramos “venga
tu reino”, es tener como prioridad los planes de Dios en la persona de
Jesucristo, no es dejar que Dios entre a mis planes, sino llamar a que Él cumpla
los suyos, Su causa, su programa, debe ser mi prioridad.
Cuando oramos “venga
tu reino”, estamos diciendo: “Cristo reina aquí y ahora”, “que su voluntad se
haga en mí”, estamos diciéndole al Espíritu Santo que tome el control, por lo
tanto, estamos confrontando nuestra naturaleza humana que quiere hacer su
voluntad y sus propias causas.
En Mateo 6:33, nos dice:
Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas serán
añadidas. Es tomar su carácter como modelo, su
programa, sus metas y propósitos; que no compitan con los míos ni con otra
persona.
El propósito de la
oración es que venga su reino a la tierra para que el nombre de Dios sea
santificado y que se haga su voluntad,
El reino de Dios está
en nuestros corazones cuando aceptamos el gobierno y la autoridad de Cristo en
nuestras vidas (obedeciendo Su Palabra) y cuando participamos activamente en su
programa: Traer a la gente al reino de Dios.
Que
el Espíritu de Dios nos lleve a la revelación de la naturaleza de Dios, a su
programa y a sus propósitos para que pueda reconocer su gloria y someterme él.
En el nombre de Jesús. Amén.
DIOS TE BENDICE
Fuentes: Las citas bíblicas fueron tomadas de
la Biblia versión Reina Valera. El poder de la oración: John Macarthur.
Diccionario Hispano Americano de la Misión. Comentario Bíblico Plenitud.
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