El pan nuestro de cada
día, dánoslo hoy.
“La provisión de Dios”.
Mateo 6: 11
Dios
santifica su nombre, su reino viene y se hace su voluntad en la tierra como se
hace en el cielo cuando nos da la provisión, perdona nuestros pecados y nos
guarda. Son expresiones de su poder y su gracia.
Recordemos la primera condición o principio
para reclamarle al Señor el pan nuestro de cada día: Confiar en él, deleitarnos
en él, encomendarnos a él y esperar en él. (Salmos 37: 3,5 y 7). Y buscar
primeramente su reino: (Mateo 6:33)
Segunda condición: Trabajar.
El
capítulo 1 de Génesis, nos relata el trabajo que Dios hizo al crear los cielos
y la tierra en 6 días y el 7° día descansó y evaluó su trabajo. (Gén.1: 31);
(Gén.2:2,3)
Dios
hizo al hombre a su imagen y semejanza y lo puso para que administrara,
gobernara y asumiera una responsabilidad. (Gén.1:26,28) Lo puso en el Jardín del Edén para que lo cultivara y lo
cuidara, es decir, debía sembrar y estar pendiente procurando para que todo
estuviera en buen estado. Esto es trabajar. Y notemos que aún el hombre no
había pecado.
La caída de Adán generó cambios en la
naturaleza del trabajo del hombre. En
respuesta al pecado, Dios pronunció varios juicios: (Gén.3: 17,19)
Dios
maldijo la tierra, el trabajo empezó a ser difícil, implicando un reto, un
agotamiento y una lucha. El resultado no sería siempre positivo, el campo o la
tierra ahora producirá espinos y cardos. El trabajo duro y arduo no serán
recompensados de la manera que el trabajador lo desea. El hombre ahora no
comerá de los productos del jardín sino del campo. El jardín es símbolo de
seguridad, de protección, de inocencia. El campo símbolo de espacio sin
límites, sin protección y de mundanalidad.
El
trabajo fue pervertido por el pecado, pero es un don de Dios y será restaurado
cuando Cristo vuelva.
En el (Salmos 19:1,6), Dios se revela al mundo
por su obra, por su trabajo. Así, la obra revela algo sobre el que hace el
trabajo. Expone los rasgos de su carácter, motivaciones, habilidades,
capacidades y personalidad subyacentes.
Jesús se refiere a esto en Mat. 7:15,20; cuando
dijo que un árbol bueno da buenos frutos y un árbol malo da malos frutos.
El
trabajo de los cristianos debe dar al mundo la imagen precisa de Dios en
justicia, fidelidad y excelencia. Fuimos creados a su imagen y semejanza, por
lo tanto, si comemos, bebemos o si hacemos cualquier cosa debe glorificar a
Dios. (1
Co.10:31)
El trabajo
fue pervertido por el pecado, pero es un don de Dios. Feliz tú, que honras
al Señor y le eres obediente. Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y te
irá bien. (Sal.128:1,2) DHH.
Ética y Principios del trabajo:
· Dedicarse a trabajar
para conseguir la comida y el sustento. (2Tes.3: 6,12)
· Trabajar como si fuera
para el Señor y no para los hombres. (Col.3:23,24)
· No descuidar a la
familia porque el que lo hace niega la fe, (1 Tim.5:8)
· No ser perezoso.
(Pr.18:9)
Administrar con sabiduría:
·
Dios da más a los
que tienen capacidad de administrar. (Mat.25: 14,15)
·
No aparentar lo
que no somos. Cuando nos
endeudamos para ser aceptados estamos mostrando ingratitud con lo que Dios nos
ha dado.
Debemos contentarnos con lo que tenemos. (Ro.13:8); (Heb.13:5)
·
Hacer un
presupuesto basado en los ingresos reales, no por fe. (Luc.14:28)
·
Ahorre: (Pr.21:20);
(6:6,11).
·
Invierta
sabiamente. (Mat.25: 15,18)
Que
el Espíritu de Dios nos revele cada día más Su Palabra para que podamos tener
sabiduría para ser administradores de todo lo que Él nos ha entregado y así
podamos ser prosperados.
DIOS TE BENDICE
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