Antes estábamos en la oscuridad, pero ahora estamos en la luz del Señor. Por lo tanto, vivamos como hijos que pertenecen a la luz. (Efesios 5:8 PDT).
Dios es luz y no hay oscuridad en él. Si decimos que estamos bien con Dios pero seguimos viviendo en el pecado, estamos mintiendo y no decimos toda la verdad. Si decimos que no tenemos pecamos, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará. Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad. (1Juán 1:5,9 PDT)
Como luz, Dios se revela en su perfecta santidad.
Nuestro caminar en la luz es una prueba de la comunión con Dios debido a que la vida en su compañía es una constante limpieza de pecados por la sangre de Jesucristo.
Nadie que camine en la luz revelada por Dios puede dejar de reconocer su condición pecaminosa.
La confesión tiene el propósito de librarnos para que disfrutemos de la comunión con Cristo.
La confesión también implica la decisión de no seguir pecando. No confesamos genuinamente nuestros pecados delante de Dios si planeamos cometer el pecado otra vez y buscamos un perdón temporal.
Señor, te pedimos en oración que nos des fortaleza para derrotar la tentación la próxima vez que venga.
La confesión y el arrepentimiento es fundamental para un Despertar espiritual y un avivamiento.
REFLEXIÓN:
¿Según el Devocional de hoy, de qué manera puedo entregarle mi corazón a Dios?
DIOS TE BENDICE
Bibliografía: Comentarios bíblicos Plenitud y Diario Vivir.
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