RECOGEMOS LO MISMO QUE SEMBRAMOS.
Después dijo Dios: produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.
Génesis 1: 11,12 (RVR)
Recordemos que Dios creó leyes del universo y leyes espirituales.
En los versículos anteriores observemos una Ley establecida por Dios: Las semillas producen plantas y árboles de la misma clase. Si sembramos mangos, recogemos mangos. Hay diferentes especies o géneros, pero no cambian a otras especies, éstas se mantienen como son, producen su propio tipo de semilla.
Esto es la Ley de la Genética, La Ley de la Siembra y la Cosecha, que funciona tanto en lo natural como en lo espiritual. Lo que sembramos, cosechamos. Todo se recoge según su clase o género.
No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu segará vida eterna. (Gálatas 6: 7,8 RVR)
Ésta es una Ley Absoluta.
Toda causa trae su efecto y cada acción tiene una consecuencia. Lo bueno produce bueno y el mal produce lo malo.
Aunque confiese mi pecado, Dios me perdona; pero esto no detiene la cosecha. Mucho de lo que sembramos lo recogemos.
OREMOS:
Señor, que tu Espíritu nos haga sensible a tu guía para que andemos por el Espíritu. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
DIOS TE BENDICE.
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