No se engañen ustedes mismos, porque Dios no se burla de nadie. Uno cosecha lo que siembra. Quienes siembran únicamente para complacerse a sí mismos sólo cosecharán de ello destrucción. Pero el que siembra para agradar al Espíritu, cosechará la vida eterna. (Gálatas 6: 7,8 PDT)
Las Leyes de la naturaleza y las Leyes espirituales son igualmente exactas y verdaderas, ambas han estado todo el tiempo y aunque las desconozcamos siempre se cumplen.
Toda causa tiene un efecto y cada acción tiene su consecuencia. Es la Ley de Siembra y Cosecha. Si cumplimos las Leyes Espirituales cosechamos bendición, cosechamos la vida eterna. Si no las cumplimos, cosechamos destrucción para nuestras vidas.
REFLEXIÓN:
¿Qué ocupa y domina mi vida hoy?
¿Qué pensamientos, deseos y acciones dominan mi vida?
OREMOS:
Señor, enséñame el camino de tus estatutos y los guardaré hasta el fin. Dame entendimiento y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón. Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi voluntad. Inclina mi corazón a tus testimonios, y no a la avaricia. Aparta mis ojos, que no vean vanidad; avívame en tu camino. (Salmos 119:33,37 RVR)
DIOS TE BENDICE.
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