RECOGEMOS EN PROPORCIÓN A LO QUE SEMBRAMOS.
Pero esto digo: el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. (7) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
2 Corintios 9: 6,7 RVR
Matemáticamente sembrar escasamente tiene que resultar en una cosecha escasa. Pero las matemáticas que se aplican cuando se siembra con generosidad son diferentes; se produce una cosecha abundante.
Pero existe un peligro y una buena motivación para ofrendar que se puede corromper si se espera una recompensa equivalente (dar para hacerse rico). La recompensa en el Nuevo Testamento no contempla ganancia material. Sin embargo, hay riquezas prácticas en la tierra en términos de amor, amistad, tiempo y otros recursos; pero la riqueza más importante es ser rico en nuestra relación con Dios.
Aunque los regalos monetarios no se multipliquen en beneficio nuestro, muchas otras semillas sembradas regresan al sembrador muchas veces multiplicadas.
REFLEXIÓN:
¿Cuál es mi actitud al sembrar una semilla?
OREMOS
Señor, examina mi corazón y muéstrame cuáles son mis motivaciones cuando siembro una semilla. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
DIOS TE BENDICE
Bibliografía: Comentario Bíblico Mundo Hispano.
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