Esto sucedió durante la investigación de Jesús ante Pilato:
¿Así que eres un rey?
Jesús
respondió: Tú dices que soy un rey. Nací para serlo y vine al mundo para ser
testigo de la verdad. Todo el que sea de la verdad, escucha mi voz.
Pilato le preguntó:
¿Qué es la verdad?
La pregunta de Pilato no es para nada común. Mucho de
nosotros puede que hayamos preguntado lo
mismo. Podemos encontrar la respuesta en el libro de Juan cuando Jesús oró al
Padre antes de su arresto:
“Yo les he
dado tu palabra… santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad”.
La respuesta a la
pregunta sobre la verdad es muy simple. La Palabra de Dios es la verdad. Es la
verdad sobre la cual podemos fundamentar nuestras vidas sin el temor a ser
decepcionados.
Cientos de ideas,
filosofías y religiones el hombre necesita actualizar continuamente para estar
de acuerdo al tiempo. Si hubiera sido la verdad no necesitarían actualizarse.
La verdad sigue siendo la verdad hoy, mañana y después de millones de años. Y
La Palabra de Dios, la verdad, es la única que tiene duración eterna. La
Palabra del Señor permanece para siempre, no necesita actualización, el Dios
que respaldó La Palabra hace más de dos mil años es el mismo Dios de hoy
también.
REFLEXIÓN:
Qué
pensamientos vienen a mi cuando pienso en La Palabra de Dios?
Te invito a que oremos.
Señor, gracias por seducirme a ti. Gracias por enseñarme cuán
importante es Tu Palabra. Gracias porque si me intereso en ella es porque vives
en mi. Pero necesito que produzcas cada día más hambre por tu Palabra para
poder conocerte y agradarte. En el nombre de Jesús. Amén.
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