Cuando hablamos de herencia
¿qué es lo que se nos viene a la mente? Casas, propiedades, dinero o cosas
materiales. Dejar una herencia es importante para muchas personas, los padres
por dejarle una vida mejor a sus hijos o bien sea a otro familiar hacen
sacrificios, para dejarle a sus descendientes. Esto es bueno y también bíblico.
Aunque el dinero y las
propiedades son buenas, la biblia habla de algo más interesante y más valioso,
habla de una herencia
espiritual que no se corrompe o desgasta, es una herencia eterna,
una herencia en el cielo.
Dice
el apóstol Pablo en el Libro de Romanos 8:17: Así que como somos sus hijos, también somos
sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de
Dios……..(NTV).
¡Wau! ¡Qué hermoso! Cuando
aceptamos a Cristo ganamos todos los privilegios de hijo de Dios. Jesucristo
como el primogénito del Padre, es el heredero de toda la creación y lo
extraordinario es que Él comparte su herencia con nosotros. Y uno de los
privilegios es la presencia de su Espíritu que viene a nuestras vidas y nos
recuerda quiénes somos: hijos de Dios.
Entender lo que Cristo ha
hecho por nosotros debe inspirarnos a vivir para Él.
Y éste es el Reto para de
ahora en adelante: meditar en Su Palabra para comportarnos como hijos de Dios.
OREMOS:
Es maravilloso pensar en todo
lo que Tú haces por mí. Te pido Señor, que abras mi entendimiento para poder
conocerte. En el nombre de Jesús. Amén.
¡DIOS TE BENDICE!
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