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ENSEÑANZA (2) QUE SE HAGA SU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO SE HACE EN EL CIELO. (Mat.6:10)



 


Este es el propósito de Dios.

Recordemos que la voluntad de Dios se hace siempre en el cielo, pero en la tierra no. No siempre lo que sucede en el mundo es Su voluntad y ante todas estas situaciones podemos tomar 4 actitudes:

1.     Rebelarnos en aceptar algunas cosas para que Dios haga como deben ser hechas, no aceptar en forma normal lo que es anormal de manera continua.      Ejemplo: No es voluntad de Dios que la gente se condene, sino que todos procedan al arrepentimiento, por eso envió a su Hijo. (2P.3.9)

2.     Si aceptamos de manera pasiva no estamos cumpliendo el propósito de Dios (Que se haga Su voluntad), no participamos de su programa (venga su reino) y por lo tanto, no cumplimos su prioridad (que su nombre sea santificado).

Cuando aceptamos de manera pasiva todas estas cosas estamos demostrando falta de fe y aceptando la derrota.

(Lucas 18:1,8) Es el ejemplo de una viuda que se rehusó a aceptar una situación.

3.    Actitud de resentimiento o amargura. “Dios mío, deseo que se haga tu voluntad, llevo tus enseñanzas en mi corazón” (Sal.40:8). Jesús dijo que él había venido a hacer la voluntad del que lo envió, que no había bajado del cielo para hacer lo que quisiera, sino lo que quería Dios. Quien lo envió. (Juan 4:34: Juan 6:38).

Cuando tomamos esta actitud es porque creemos que no vamos a escapar de lo inevitable y por eso estamos enojados. Esto demuestra una falta de conocimiento de Dios, podemos creer que Dios es un dictador, egoísta y cruel.

4.    Actitud de resignación pasiva: “Haz lo que quieras”. “No puedo hacer nada al respecto”. Aquí es falta de fe y admitir la derrota.

(Hechos 12:5,17) Ellos estaban orando, pero realmente no estaban creyendo que iba a suceder.

La falta de conocimiento de Dios nos lleva a tomar estas actitudes.

Existen términos distintivos de la voluntad de Dios que podría ayudarnos a entender cuando decimos: “Hágase tu voluntad en la tierra, como se hace en el cielo”:

1.     La voluntad de propósito de Dios: Esto incluye toda la tierra, todo el cielo, todo el infierno, es un concepto enorme de su voluntad de propósito que incluye que permita que el pecado siga su curso, la consumación de los siglos, el establecimiento del reino,

La voluntad de propósito de Dios es la voluntad inmensa, es la voluntad masiva de propósito que lo incluye todo. (Is.14:24,26)

No es la voluntad de Dios que nos enfermemos, pero está en su propósito permitir esa enfermedad para cumplir sus propios fines. Al apóstol Pablo le envió una dolencia y aunque él le rogó tres veces que lo sanara no lo hizo para que no se volviera demasiado orgulloso. (2Co.12: 7,9)

Ro.8:28 dice: “Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito.

 

 

2.     El gran propósito de Dios para todos: La redención, el perdón de pecados, una iglesia unificada para la eternidad. Es un propósito eterno. Su plan se cumplirá a su debido tiempo, es poner bajo el mando de Cristo lo que hay en el cielo y en la tierra. (Ef.1:5,11) PDT

Cuando oramos “Hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo”, es también involucrarnos de manera gozosa en la expectativa del cumplimiento de sus planes eternos, anhelar otra vida, ser libre de todas las cosas que vivimos aquí en la tierra, amar su venida.

¡Oigan! Voy a llegar pronto. Afortunado el que hace caso de las palabras de la profecía que está en este libro. Y ¿qué va a suceder? ¡Estén alertas porque vengo pronto! Traeré conmigo la recompensa que cada cual merece por lo que ha hecho.  Y ¿qué dice Jesús? Sí, vengo pronto. Así sea. ¡Ven, Señor Jesús! (Ap.22:7; 12 y 20)

¿Por qué es difícil orar de esta manera?

Porque nuestra propia voluntad estorba, el pecado primordial en el corazón humano es el orgullo.

¿Cómo quitarlo? Hasta que nuestra voluntad no se someta a la voluntad de Dios, él no se manifestará completamente. (Ro.12.1)

La oración es también un medio de santificación progresiva, es un llamado al amor y a la obediencia.

¿Estamos dispuestos que su voluntad se haga aquí?

 

DIOS TE BENDICE.

 

 

 

 

 

 

Comentarios

  1. Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea su nombre. Santifico tu nombre señor porque por medio de tu espíritu he podido aceptar tu paternidad muchas gracias señor por ser mi padre.

    Me llama la atención la actitud de la viuda en Lucas 18: 1,8. La valentía de esta mujer ISO que se logrará lo que ella quería a pesar que ella sabía qué este juez no temía a Dios ni a la gente ella se atrevió a enfrentarlo y en cierta forma a desafiarlo, esto es ser muy valiente.
    Los que hemos conocido a Cristo hemos aprendido de sus cualidades y aún así no tenemos ni la confianza ni la valentía para perseverar cómo lo hizo la
    viuda aún sabiendo que él no nos rechaza y que su misericordia qué es demasiado grande, te pido señor que cada día me hagas más valiente para arrebatar el reino de los cielos.

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