¿Alguna vez preparaste una fiesta y
nadie llegó? O sucedió, que los que llegaron, ¿solo llegaron por un momento
porque tenían algo que hacer? ¡Debe ser una desilusión muy grande!
Leamos algo similar en Mateo 22:1,14 - La Parábola de la fiesta de bodas.
Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas,
diciendo:
2-El reino de los cielos es semejante a
un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y 3-
envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; más estos
no quisieron venir. 4-
Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado
mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está
dispuesto; venid a las bodas. 5-
Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios;
6- y otros, tomando a los siervos, los
afrentaron y los mataron. 7-
Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos
homicidas, y quemó su ciudad. 8- Entonces
dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron
convidados no son dignos. 9- Id,
pues, a la salida de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. 10-
Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron,
juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. 11-
Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba
vestido de boda. 12-
Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Más él
enmudeció. 13- Entonces
el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las
tinieblas de afuera, allí será el lloro y el crujir de dientes. 14-
Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
Observemos que en la
parábola hay tres invitaciones:
En la primera
invitación (v3) la rechazaron sin razón lógica.
En la segunda
invitación (vs 4,7), el rey hizo la invitación más atractiva y también la
rechazaron porque estaban ocupados, además, trataron mal a los mensajeros y
hasta los mataron.
En la tercera
invitación (vs 8, 10) la hace abierta. Él estaba decidido a no tener el salón
de banquete vacío.
Pero había un hombre
que no estaba vestido de boda. ¿Por qué?
Existe una tradición
que afirma que cuando los reyes hacían grandes banquetes e invitaban, las
personas recibían de parte del rey una vestimenta especial que tenía que ser
usada el día que asistieran a la fiesta, de esta forma cuando asistían a la
fiesta iban vestida para la ocasión con la vestimenta adecuada que los
identificaba como invitados especiales. Esto nos ejemplifica perfectamente lo
que está pasando aquí. Es obvio, que la vestimenta de este hombre lo delataba.
“Él vino porque fue
invitado, pero no tenía ninguna intención de honrar al hijo del rey, él solo
estaba dispuesto a comer todas las cosas buenas puestas delante de él, pero en
su corazón no había amor ni por el rey ni por el hijo del rey” (Spurgeon).
Además, vestirse de
manera inapropiada en una fiesta, demuestra falta de respeto por el anfitrión.
Esta historia es
simbólica, pero la invitación es real, es un llamado a ser parte del reino de
Dios.
Todos hemos sido
llamados a la fiesta del Rey. ¿Hemos aceptado realmente la invitación? ¿Estamos
tan ocupados en nuestros asuntos como para no atender la invitación?
Pero Dios muestra su
amor y su misericordia enviando a los mensajeros para hacer la tercera
invitación. Sin embargo, aquí encontramos una relación entre el reino de Dios y
el juicio. Si no nos ponemos el vestido de la salvación
no podremos entrar al reino de Dios. (Is.61:10); (Ap.21:2).
El reino de Dios
tiene un gran precio: el sufrimiento y la muerte de Jesús. El reino de Dios es
salvación y está en medio de nosotros. El reino de Dios comienza con una
invitación que incluye arrepentimiento, y un nuevo nacimiento.
(Juan 3:3) Una decisión y un compromiso de
participar en el programa de Dios.
El reino de Dios
debemos valorarlo y esforzarnos para entrar en él. (Luc.16:16). Y que sea nuestra prioridad.
(Mt.6:13). Esto nos lleva a tener compromiso con
el programa de Dios, ser instrumentos de salvación para traer a otros a su
reino.
¿Cómo viene el reino
de Dios?
·
Con el evangelismo, orar por
conversiones y arrepentimiento. Recordemos que el reino de Dios es salvación,
es el programa de Dios centrado en Jesucristo.
En el V14 de la
parábola encontramos dos grupos de personas: los llamados y los escogidos.
Los llamados escuchan
La Palabra, oran, ayunan, buscan milagros para sí mismos y no tienen ningún
compromiso con el programa de Dios. (Mt.7:21).
Los escogidos,
obedecen La Palabra, provocan milagros para darle la gloria a Dios, responden
al llamado de forma generosa y reciben a Cristo como Salvador y Señor.
La invitación está
abierta, tú y yo decidimos y elegimos si tomamos el llamado en serio o si somos
indiferentes a la invitación para entrar en el reino de Dios.
Pero habrá un juicio para los que la rechazan, (Mat. 22: 11,13)
Jesús volverá para
que la consumación del programa de Dios se cumpla y esto sucederá cuando venga
a gobernar como rey a establecer su gobierno y autoridad.
¡Preparémonos!
DIOS TE BENDICE
Fuentes:
Las
citas bíblicas fueron tomadas de la Biblia versión Reina Valera. Comentario
bíblico de David Gusik. El poder de la oración (John Macarthur).
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