¡Bendito seas por siempre, Señor, Dios de Israel y
Padre nuestro! Señor,
sólo a ti te corresponden la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor y el
honor. Porque a ti te pertenece todo lo que existe en el cielo y en la tierra.
Tú, Señor, eres el único soberano y tuyo es el reino. La riqueza y el honor
provienen de ti; tú lo gobiernas todo. Tienes en tus manos el poder y la
fuerza. También está en tus manos el poder decidir a quién hacer grande y
poderoso. Dios nuestro, ahora te damos gracias y alabamos tu santo nombre.
1Crónicas 29: 10,13 (PDT)
Dios es la fuente
de todo, él es el dueño de todo, todo le pertenece a él porque él lo creó, Dios
tiene el control de todo.
Tendemos a pensar
que proveemos para nosotros mismos, pero no somos dueños de nada.
Reconozcamos que él
todos los días está activo para sustentar el mundo de tal manera que sustenta
nuestras necesidades físicas. Agradezcámosle como el Dador de nuestras
necesidades para que su nombre sea exaltado.
REFLEXIÓN:
¿Cuándo fue la
última vez que le diste gracias a Dios por el alimento diario? ¿Por el vestido?
¿Por tu trabajo? ¿Por todo lo que tienes?
OREMOS:
Padre nuestro que
estás en los cielos, santificado sea tu nombre porque solo a ti te corresponden
la grandeza, y el poder, la gloria, el esplendor y el honor. Santificado sea tu
nombre porque eres el dueño de todo lo que existe en el cielo y en la tierra,
eres la fuente de todo, tú lo controlas todo, eres el Dador de mis necesidades
físicas. Te alabo, te exalto y te doy gracias por ser mi proveedor. Perdóname
por no reconocer que todo lo que tengo es porque a ti te ha placido dármelo. Te
reconozco como mi Señor y mi Salvador. En el nombre de Jesús. Amén.
DIOS TE BENDICE
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