Recordemos que el Padre nuestro es el modelo, el patrón que
Jesús le dio a sus discípulos cuando le pidieron que los enseñara a orar. (Lucas
11:1).
Él se los dio no para recitar las palabras sino para
utilizarlo como estructura sobre la cual debemos construir nuestra vida de
oración.
Repasemos el bosquejo del Padre nuestro: (Mateo
6:9.13)
V9: La paternidad de Dios.
V9b: La prioridad de Dios.
V10a: El programa de Dios.
V10b: El propósito de Dios.
V11: La provisión de Dios.
V12: El perdón de Dios.
V13a: La protección de Dios.
V13b: La preminencia de Dios.
El enfoque es Dios,
comienza con Dios y termina con Dios.
La paternidad de Dios: El primer
reconocimiento es que Él es nuestro Padre.
La prioridad de Dios: Santificar Su
nombre, exaltarlo, adorarlo, declarar nuestra más grande reverencia porque solo
Él es Santo, Santo, Santo.
El Programa de Dios: Venga tu reino.
¿Cómo viene el Reino de Dios? 1) En la conversión. 2) Cuando nos comprometemos
con su Programa. (Evangelismo). 3) Cuando Cristo venga por segunda vez a
establecer su Reino Milenial.
La oración del Padre nuestro es para
involucrarse en el propósito de la Santificación, es
para cambiarnos a nosotros mismos, no para cambiar a Dios.
Ejemplo: Cuando oro Padre nuestro,
es porque me esfuerzo diariamente en comportarme como hijo.
Cuando oro: “que estás en los
cielos”, es que estoy acumulando tesoros en el cielo.
Cuando oro “Santificado sea tu
nombre”, es porque me estoy esforzando por ser santo.
Cuando oro “Venga tu Reino”, es
porque estoy contribuyendo a que Su Reino venga.
Cuando oro “Perdona nuestras deudas”
es porque he perdonado.
Cuando oro “No nos metas en
tentación”, es porque huyo de ellas.
Cuando oro “Tuyo es el Reino, y el
poder, y la gloria”, es porque todo lo que haga es para Su gloria y no para
vanagloriarme.
Por lo tanto, esta es una oración de
corazón que debe convertirse en mi patrón de oración que va a dominar toda mi
vida de adoración: enfocándome en Dios.
Hágase
tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra: El Propósito de Dios.
(V10b)
¿Realmente es necesario orar de esta
manera? ¿Acaso Dios no es soberano, que hace lo que quiere y conoce todo porque
Él es el Creador?
Cuando oremos debemos hacerlo de
acuerdo a Su voluntad. Jesús siempre oró así: (Juan
4:34; 5:30; 6:38).
Cuando oramos “Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra”, ¿siempre es así? No.
Cuando oramos “Santificado sea tu
nombre”, ¿es siempre santificado Su Nombre? No.
Cuando oramos “Venga tu Reino”,
¿siempre viene el Reino? No.
Si la gente no sigue a Cristo y está
en pecado, ¿es la voluntad de Dios? No.
¿Es la voluntad de Dios que la
maldad y la inmoralidad en el mundo vaya en aumento? No.
¿Es voluntad de Dios que haya accidentes,
hambre, enfermedades, que las familias se desintegren? No.
Ante
esto podemos tomar 4 actitudes:
1. Rehusar
ciertas situaciones en el mundo, familia, iglesia, etc; rebelarme en aceptar
algunas cosas para que Dios las haga como deben ser hechas, no aceptar lo que
es anormal de manera continua, es rebelarme contra el enemigo de toda palabra,
acción que vaya en contra de la voluntad de Dios.
2. Aceptarlo
de manera pasiva y por lo tanto, no cumplir con el Propósito de Dios, Hágase tu
voluntad.
Dios envió a Su Hijo porque Él no
quiere que nadie se condene, sino que todos procedan al arrepentimiento.
(2P.3:9). Entonces es aquí cuando oro: Hágase tu
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra: Propósito de Dios. Que tu
Reino venga a ….. El Programa de Dios, para que tu Nombre sea santificado. (La
prioridad de Dios).
Cuando aceptamos est0 de manera
pasiva estamos demostrando falta de fe y estamos
aceptando la derrota.
Desde
los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre
violencia, y los violentos lo arrebatan.
Mateo
11:12.
El avance del reino sufre violenta
oposición por parte de sus enemigos y solo aquellos que se aferran
violentamente al mismo lo arrebatan.
Jesús es el camino, la verdad y la vida,
es el único acceso al reino de los cielos y la vida eterna. Seamos imparables
en seguirlo a pesar de las tribulaciones, persistamos en la fe.
Padre nuestro que estás en los cielos, te exaltamos por hacernos
tus hijos en Cristo Jesús, santificamos tu nombre porque eres Santo, Santo,
Santo. Venga tu reino a mi vida para que tu nombre sea santificado y pueda
comprometerme con tu programa y hágase tu voluntad como en el cielo, así
también en la tierra para que tu propósito se cumpla. En el nombre de Jesús.
Amén.
DIOS
TE BENDICE.
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