Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión. (Ro.1: 21) NTV.
Cuando no reconocemos a Dios, obviamente no vamos a ser agradecidos con él. La ingratitud conlleva a un rechazo subyacente de Dios. Si no reconocemos lo que Él ha hecho y hace por nosotros estamos poniendo algo más en su lugar.
Si creemos que somos el señor de nuestro destino, nuestros pensamientos y planes no van a trascender más allá del tiempo de vida, estaremos cegados a las realidades espirituales que duran eternamente.
En cambio, la gratitud nos apega a Dios. El salmista dice: Yo he permanecido cerca de Dios y eso es bueno para mí. He puesto mi confianza en el Señor Dios; les contaré a todos lo que has hecho. Salmos 73:28 PDT.
El tiempo de Dios está contenido en la eternidad, como en algo de donde reside su ser y su unidad.
Vivir el tiempo de Dios es trascender a la eternidad.
Ser agradecido es vivir en el tiempo de Dios.
Señor, enséñame a valorar todo lo que tú me has dado, todo lo que has hecho por mí y aún lo que sigues haciendo para trascender a la eternidad. Muchas gracias. En el nombre de Jesús. Amén.
DIOS TE BENDICE.
Comentarios
Publicar un comentario