Mi carne y mi corazón desfallecen; más la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Salmos 73: 26 RVR
El cuerpo se debilita, se fatiga, se cansa por enfermedades, necesidades, escasez, pérdida de trabajo y un sinfín de cosas que pueden tambalear nuestro corazón y cansar el cuerpo físicamente.
Nuestro corazón, nuestras emociones pueden desfallecer y venir el desánimo, el desaliento, el agotamiento y la tristeza. Quedarnos sin recursos.
Pero el salmista reconoce que si se enfoca en sí mismo y en sus imperfecciones, desfallece. Nuestra porción para siempre debe ser nuestro Señor, él es la fuente de fortaleza, de seguridad, de poder, de confianza para todos los que le buscan.
¡Qué bueno saber que contamos con las fuerzas de Dios!
Él es nuestra fortaleza en todo momento!
REFLEXIÓN:
¿Estás acudiendo a las fuerzas del Señor o estás dependiendo de las tuyas?
DIOS TE BENDICE.
Bibliografía: SuBiblia. Comentario bíblico Albert Barnes.
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