17- Aunque la higuera no dé fruto ni la viña produzca uvas; aunque la cosecha del olivo se dañe, y los campos no produzcan alimento; aunque no haya ovejas en el corral, ni vacas en el establo; 18- así y todo, yo me alegraré en el Señor, el Dios que me salva. 19- El Señor Dios me fortalece, afirma mis pies como los de un venado para que yo camine en las alturas.
Habacuc 3: 17, 19 PDT
Una de las características que más llama la atención de los venados son sus patas largas y fuertes, con increíbles pezuñas que permiten adaptación a los terrenos rocosos y montañosos.
Estos rumiantes tienen su hábitat en las montañas y cordilleras y por su extraordinario diseño pueden subir sin ningún problema. Pueden huir de los enemigos con gran ventaja, pues los venados tienen la capacidad de correr entre piedras y el bosque sin complicación. Estar en las alturas significa estar fuera de peligro, los depredadores no pueden llegar hasta ese lugar ya que, para ellos sería imposible subir esas condiciones.
Dios nos promete afirmar nuestros pies para que caminemos en las alturas. Caminar en las alturas es estar en nuevos niveles y con la capacidad de enfrentar al enemigo, las circunstancias difíciles, los problemas que muchas veces nos agobian. Al igual que los venados, caminamos en lugares difíciles, por caminos de piedras y llenos de grandes obstáculos de donde muchas veces salimos lastimados.
Pero si estamos confiados en el Señor y creemos en Su Palabra, Él hará nuestros pies como de venados. Llegaremos a las alturas, seremos fuertes ante los problemas y dificultades por el poder de su Santo Espíritu.
No requerimos gran esfuerzo, solo buscarlo a Él, seguir sus caminos y descansar en Él.
DIOS TE BENDICE
Bibliografía: La Pluma del ángel.
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