La Palabra de Dios no es una simple
colección de libros, de ideas o historias; es una Palabra viva porque cambia la
vida pues procede de Dios; y es dinámica porque obra en nosotros.
Cuando meditamos en La Palabra de Dios,
obtenemos un cuadro claro de cuán malos somos a la luz de la santidad de Dios,
entendemos la necesidad de un Salvador y su perdón y
como consecuencia empezamos a confesar nuestros pecados y a experimentar una
nueva vida en Cristo. Recordemos que La Palabra de Dios actúa como un espejo.
Pero también actúa como una espada de dos
filos. El Libro de Hebreos dice que “es viva y eficaz y más cortante que
cualquier espada de dos filos; penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos
más íntimos” (4:12). La Palabra de Dios
alcanza hasta el conocimiento más
acertado de las más recónditas partes quedando desnudo delante de
Dios..
No ha habido ni habrá ningún método que
revele más acertadamente lo que es el hombre en La Palabra de Dios.
REFLEXIÓN:
¿Cambia tu percepción de lo que realmente
es La Palabra de Dios?
Oremos: Padre, en el nombre de Jesús te
doy gracias por todo lo que esperas de mí, gracias porque me das tu Palabra para que pueda
experimentar una nueva vida en ti. Te pido que tu Santo Espíritu me de tu
inteligencia para poder conocerte. Amén.
¡DIOS TE BENDICE!
Si la palabra de Dios es la que desnuda mi condición y cambia mi percepción. Gloria y honra a ese Dios maravilloso y poderoso que cambia y transforma vidas.
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