3.-
Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. 4.-
Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos;
para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.
Salmos
51: 4, 5 RVR
En
estos dos versículos podemos resaltar tres aspectos importantes que nos enseña
el rey David:
1.
Él acepta su responsabilidad. Este es el primer paso para recibir el perdón: nuestra
propia responsabilidad delante de Dios.
2.
Aunque pecamos
contra otros, aunque nos hagamos daño a nosotros mismos o a otros por el
pecado; lo
principal de la pecaminosidad es que ofende a Dios. Por eso él
enfatiza: “contra ti, contra ti solo he pecado”
3.
David entiende la seriedad del
pecado y por eso experimenta la grandeza de la gracia y el
perdón.
Así
que cada uno de nosotros tendrá que rendir cuentas a Dios (Ro.14:12 PDT).
Somos responsables en trabajar en
nuestro carácter en lugar de culpar a otros por situaciones o circunstancias.
Somos responsables de elegir el
diseño de vida que honre a Dios.
No le traspasemos a Dios ni a
Satanás nuestras responsabilidades. La mayoría de las cosas que hacemos son
consecuencias de nuestros actos o de la humanidad como especie.
REFLEXIONEMOS en todas las veces que nos hemos hecho las víctimas
culpando a otros o a Dios por algunas circunstancias.
Pidámosle perdón
y démosle gracias por Su Palabra.
Recordémosle que
su Espíritu Santo es quien puede convencernos de pecado, de justicia y de
juicio y que nos haga sensible a su reprensión.
DIOS TE BENDICE
Comentarios
Publicar un comentario