Estamos estudiando los aspectos del perdón de Dios. La
semana pasada estudiamos el Primer aspecto: El perdón judicial, relacionado con
el primer principio: El pecado hace que el hombre sea culpable y tiene juicio.
En este aspecto ve a Dios como Juez y nos declara
“culpables”. Pero ese mismo Juez en base a la muerte de su Hijo nos declara:
“inocentes”. Este es un acto judicial y posicional y mediante el cual todos los
pecados pasados, presentes y futuros son perdonados de manera total, completa y
para siempre. (Ro. 3: 21,26)
NTV
Cuando creemos que Jesús sacrificó su vida por nosotros, él
nos hace justos ante los ojos de Dios
paga la deuda, Dios quita nuestro pecado y lo pone sobre su Hijo, borra
todos nuestros pecados y se olvida de ellos. (Miq.7:
18,19); (Sal.82:5). NTV
Hoy estudiaremos EL PERDÓN PARERNAL.
Si ya Dios nos perdonó, ¿por qué orar para que nos perdone?
Aunque hemos sido perdonados, todavía seguimos pecando y
cuando pecamos algo sucede en nuestra relación con Dios, no se acaba, pero algo
es perdido en la intimidad. (Sal. 51: 8,12) RVR
La fe de David estaba en Dios, era salvo, pero cayó en
pecado.
(V.12) RVR “Vuélveme el
gozo de tu salvación”. Estaba afirmando el perdón judicial, pero había perdido algo íntimo en su
relación con el Padre.
El perdón judicial es
diferente al perdón paternal.
El
perdón judicial nos da salvación, el perdón paternal nos da el gozo de la
salvación.
Ser
salvo me coloca en la comunión = Perdón judicial.
Ser
obediente me coloca en el gozo de esa comunión = Perdón paternal.
El
perdón judicial tiene que ver con la posición que Dios me dio en Cristo.
El
perdón paternal tiene que ver con mi relación cada día.
Ejemplo: el hijo que desobedece a su padre. Él sigue siendo
hijo, su padre lo sigue amando; pero la relación no es la misma porque el padre
está disgustado. Cuando el hijo le pide perdón a su padre se restaura la
relación.
David quería el gozo de regreso. “Restaura
en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte.” (V.12
NTV)
Hemos recibido el
perdón judicial, pero si no estamos confesando los pecados que cometemos a
diario perdemos el gozo de la plenitud de esa relación. Recordemos el segundo
principio: La confesión es necesaria para recibir el perdón de Dios.
(1 Jn.1: 3,4
RVR). Esta es
la razón por la que predicamos a Cristo, dice el apóstol Juan,
para que puedan participar de la comunión y el gozo que disfrutamos con el
Padre y con Jesucristo su Hijo.
¿Qué es el gozo de la
salvación?
Es una profunda alegría espiritual que el Espíritu Santo
infunde en los corazones de quienes deciden seguir a Dios. Uno del fruto del
Espíritu es el gozo. (Gál.5: 22)
David sabía que la única fuente de poder y gozo y que puede
hacer que un arrepentido recupere el gozo de la salvación es el Espíritu Santo.
(V.11)
(V.11ª): El pecado nos separa de Dios, no sentimos
gozo delante de su presencia sino aburrimiento, sueño, distracción,
preocupación.
EVIDENCIAS DEL GOZO:
1.
(V.13): Esto es una evidencia de que el gozo
de la salvación está en nosotros: el Espíritu Santo nos
impulsa llevar el mensaje de salvación de Jesucristo a las personas que no
conocen a Cristo. Esto produce gozo no solo en nosotros sino para las personas que escuchan
el mensaje.
2. (V.14b):
“Gritaré de alegría que eres justo” (PDT)
“Entonces con alegría
cantaré de tu perdón” (NTV)
3.-
(V.15): “Desata mis labios, y te cantaré alabanzas” (NTV).
(Jn.15: 8; 11) RVR. Permanecer en Cristo y permanecer en Su
Palabra no solo llevamos fruto, sino que seremos sus discípulos. Si Cristo está
en nosotros su gozo también lo estará. Él quiere darnos su propio gozo.
Pero necesitamos
confesar nuestros pecados porque de lo contrario endurece el corazón. Si no
confesamos no hay perdón y no hay gozo porque perdemos la comunión con el
Padre.
DIOS TE BENDICE
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