David sigue escribiendo en el Salmos 51: 7, 12 RVR:
Purifícame
con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. 8.- Hazme
oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. 9.- Esconde tu
rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. 10.- Crea en mí, oh Dios, un
corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11.- No me eches de
delante de ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu. 12,- Vuélveme el gozo de tu
salvación, y espíritu noble me sustente.
En los versículos
anteriores David muestra arrepentimiento en su confesión, reconoce sus pecados,
pide perdón y limpieza y no esconde nada a Dios.
En estos versículos
empieza su restauración pidiéndole:
1. Que
lo purifique con hisopo.
2. Que
pueda experimentar gozo y alegría.
3. Que
esconda su rostro de sus pecados.
4. Que
borre todas sus maldades.
5. Que
produzca en él un cambio interno: un corazón limpio.
6. Que
no lo eche de delante de él y no le quite su Santo Espíritu.
7. Que
le devuelva el gozo de su salvación.
El hisopo es una hierba
asociada a los rituales de limpieza y purificación del sacerdote del antiguo
testamento. El agua era rociada con un mango de hisopo y fue también utilizada
en la Pascua para aplicar la sangre del cordero al dintel y poste de la casa.
Está simbólicamente relacionada con la limpieza del alma.
Ustedes
han llegado a Jesús, el mediador del nuevo pacto entre Dios y la gente, y
también la sangre rociada, que habla de perdón en lugar de clamar venganza como
la sangre de Abel.
Hebreos
12: 24 NTV.
Su obra consumada en la
cruz, permitió que recibiéramos el Espíritu Santo para llevar una vida de
libertad. (Juan 16:7) y nos diera un nuevo corazón
(2Co. 5:17) porque no podemos hacer lo bueno por
nuestros propios esfuerzos.
Meditemos en estos
versículos con una actitud de oración.
¡Él está y nunca nos
dejará, mora en nosotros!
DIOS TE
BENDICE.
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