Definitivamente, somos incapaces de vencer al maligno con nuestras propias fuerzas, conocimientos, sabiduría y técnicas. Su principal método es el engaño, le da a la mentira apariencia de verdad y si no tenemos el discernimiento y la fortaleza del Señor fácilmente caemos.
Debemos reconocer que somos débiles, que aunque ya Cristo lo venció en la cruz del calvario, ejerce una gran influencia sobre nuestros pensamientos e intenciones. Es por eso, que La Palabra nos exhorta cuando nos dice: "Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza". (Ef.6:10 RVR)
Es maravilloso que podamos utilizar el mismo poder de Dios para la lucha que enfrentamos cada día con nuestro adversario. Recordemos que él como león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar. (1P.5:8) RVR
Oremos:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificamos tu nombre porque eres la única fuente de poder y fortaleza para vencer al maligno. Reconocemos que te necesitamos para tener victoria en cada prueba, es por eso, que te pedimos en el nombre de Jesús que nos fortalezcas para experimentarla cada día y puedas librarnos del mal. Gracias Señor. Amén.
DIOS TE BENDICE.
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