Así que, el que se sienta seguro y firme, cuídese de no caer.
1 Co.10:11
Quizás por los conocimientos que hemos logrado tenemos una amplia comprensión de La Palabra, tenemos la convicción que nuestro corazón está bien con Dios, que estamos en santidad y esto puede provocar un exceso de confianza en nosotros mismos. Pero en un estado de prueba todo puede cambiar y caer en pecado.
Como hijos de Dios debemos cuidar nuestra vida cristiana entendiendo que además de la raíz de maldad que hay en nuestros corazones, vivimos en un mundo lleno de maldad.
Debemos reconocer nuestra vulnerabilidad, reconociendo que necesitamos de Dios para desarrollar humildad en nuestro corazón. Solo la intención de creer que estamos firmes es muestra de orgullo y ya con solo esto estamos separados de Dios.
Sometiendo nuestros pensamientos, actitudes y comportamiento a La Palabra de Dios, podemos pasar la prueba y salir victorioso.
DIOS TE BENDICE.
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”, (Salmo 51:10).
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