Recordemos que en el capítulo 8 de Nehemías, el pueblo "entendió" La Palabra, es decir, tuvieron discernimiento y practicaron los mandamientos. (Salmos 111:10 RVR).
En el capítulo 9:1,18 RVR; ellos se reúnen en ayuno, leen nuevamente La Palabra durante tres horas, confesaron sus pecados por otras tres horas y adoraron a Dios.
Este es el orden para que haya un despertar espiritual y una verdadera adoración.
Recordaron todo lo que Dios había hecho a su pueblo y a pesar de todo una y otra vez se rebelaban y Dios siempre los perdonaba.
Sin arrepentimiento no hay avivamiento, no hay un despertar espiritual. Y este empieza confesando los pecados en medio de La Palabra y el ayuno. Y de aquí se desprende la verdadera adoración.
Recordemos muchas de las innumerables bendiciones que hemos recibido del Señor, las muchísimas veces que hemos sido rebeldes, tercos, desobedientes y aún así le pedimos ayuda y él nos escucha, nos perdona, no retira de nosotros su provisión, su cuidado y no nos abandona.
Comprometámonos como el pueblo de Israel a obedecer a Dios.
Entreguémosle el corazón (actitudes, emociones, la mente y el intelecto en general) para que nos encamine a tener una comunión permanente con él. (Proverbios 23:26 RVR)
¿Tomaré la decisión?
DIOS TE BENDICE.
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