Mucho antes que oyéramos de Cristo, él nos vio y nos diseñó para una vida gloriosa, parte de su propósito general en el que trabaja en todo y para todos. (Efesios 1: 11 BAD).
Jesús le dijo al Padre: Yo te di la gloria aquí en la tierra, al terminar la obra que me encargaste. (Juan 17: 4 NTV)
Dios en su gracia, nos ha dado dones diferentes para hacer bien determinadas cosas. (Romanos 126a NTV).
Fuimos creados con propósitos, por lo tanto, si nos enfocamos en nosotros mismos nunca será revelado el propósito de nuestras vidas. Solo en Dios encontramos nuestro origen, nuestra identidad, nuestro propósito y nuestro destino. Esto producirá un avivamiento y un despertar en nuestras vidas.
Dios nos ha dado dones y talentos para que cumplamos su propósito, para que le demos la gloria utilizándolos en su iglesia. Esto no solo producirá avivamiento y despertar espiritual, sino relevancia eterna.
Dios nos reveló en Su Palabra la manera más fácil de entender el propósito.
- Su Hijo iluminó nuestras mentes para que pudiéramos entender por la acción del Espíritu Santo. (1Juán 5:20 RVR),
- su luz vino a nuestras vidas para que podamos ver (Salmos 36:9),
- para que todo velo que ha cegado nuestras mentes y que nos impiden entender el mensaje de la gloria de Cristo, sea quitado (2Corintios 4:3,4 NTV).
- para que tengamos vida (Salmos 119:25); (Hebreos 4:12) RVR,
- para que tengamos inteligencia y revelación (Salmos 119:104).
- para que tengamos avivamiento y un despertar espiritual y produzca transformación en nuestras vidas y provoquemos "Vida" para que ellos a su vez produzcan también "Vida" y tu Reino sea extendido para tu gloria y honra.
REFLEXIÓN:
- ¿Qué tan atentos somos a La Palabra de Dios?
- ¿Cuáles son las cosas o personas que me distraen para no atender La Palabra de Dios?
- ¿Qué pasos de acción intencional haré para interrumpir mi sueño espiritual?
OREMOS:
Señor, gracias porque planeaste para mi una vida gloriosa con propósito, gracias porque me diste dones y talentos para que pudiera cumplirlo, gracias porque me diste a tu Hijo Jesucristo para que no siguiera más en tinieblas, gracias porque me has dado tu Palabra para que en ella tuviera la revelación de los planes que tienes para mi.
Perdóname por andar centrado solo en mi, perdóname por persistir en andar en un callejón sin salida y no ver tu luz. Que la revelación de tu Palabra alumbre mi mente cerrada y así pueda levantarme y vivir una vida plena en el poder de tu Espíritu. En el nombre de Jesús, te doy muchas gracias. Amén.
DIOS TE BENDICE.
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