DEVOCIONAL: CRISTO, MEDIADOR DE PAZ
“Aunque se muevan los montes y también las
colinas, mi amor por ti seguirá firme y mi pacto de paz no tambaleará. Lo dice
el Señor que se compadece de ti.
(Is.54:10) (PDT)
El
hombre ha reñido con el Padre, está enemistado con su Padre y el Padre está
airado con el hombre, pues Él odia el pecado y debe castigar el mal. Hay
motivos que engendran diferencias, no hay paz, hay motivos de contienda con
Dios, el hombre no está en armonía con Él, está distanciado con Dios por sus
múltiples pecados.
El
Padre es justo, por lo tanto, debe castigar el pecado. Si no castiga el pecado
fuera injusto y es aquí donde interviene un Mediador, el que puede resolver esta
disputa mortal y establecer la paz eterna. El
Padre es el ofendido, pero está dispuesto a establecer la paz, está dispuesto a
la reconciliación y ha depositado la ayuda a Su Hijo, lo ha comisionado para
que venga y establezca la paz entre Él y el hombre culpable.
Cristo
es el Mediador de la paz, con su venida irrumpe el Reino de Dios quien lleva
consigo la reconciliación. Es el regalo de amor de Dios para el hombre.
PARA
REFLEXIONAR:
¿Estás
dispuesto a confiar tu caso a un Mediador y harás que Jesucristo, el Hijo de
Dios sea tu representante en este asunto?
¿Estás
dispuesto hacer lo que Él te pida para que reconozcas aquello que Él quiere que
confieses, para arrepentirte de aquello en lo que Él te dice que está mal?
Confiarás
los intereses de tu alma en esas manos traspasadas?
La
reconciliación obrada por Cristo es absolutamente perfeta, significa vida
eterna y Él establecerá la paz entre tú y el Padre que te amará para siempre.
Recibe
el regalo del Padre.
Buenos días.
ResponderEliminarEl padre siempre está buscando la reconciliación con los hombres pese a nuestro poco interés en ello, una muestra de esto es el plan hecho con Jesús el cual es nuestro mediador con el Padre, y como no confiar en el? después de todo lo que ha hecho Jesús por nosotros. Yo creo que lo mejor que podemos hacer es tener a Cristo como nuestro mediador y buscar reconciliarnos con el Padre ya que nadie nos ama como él.