Cuenta la historia
bíblica de un judío que vivía como fariseo, la secta más exigente de la
religión. Era tan celoso para Dios que perseguía a los que seguían a Jesús
hasta la muerte y a muchos de ellos los llevaba preso, tanto a los hombres como
a las mujeres y los castigaba para obligarlos a dejar de creer en Jesús. Hasta
en las ciudades extranjeras los perseguía.
Un día iba camino a
Damasco con sus intenciones asesinas y de repente una fuerte luz del cielo
brilló alrededor de él, lo dejó ciego, cayó al suelo y oyó una voz que le
decía: “Saulo, Saulo, por qué me persigues? Él le preguntó quién era y la voz
le contestó: “Soy Jesús, a quien tú persigues”. En ése encuentro Jesús le
revela a través de Ananías el propósito que tenía con él: que anunciara el
evangelio a los gentiles en los lugares lejanos y que debían arrepentirse y
volverse a Dios.
Pablo cambió de
mentalidad con respecto a Jesús lo que resultó en un cambio de actitudes, de
acciones y reconoció que Jesús es el verdadero Señor y Cristo.
Saulo se arrepintió. Saulo experimentó un
nuevo nacimiento.
Para nacer de nuevo se necesita:
Fe en Jesús, arrepentimiento y la acción del
Espíritu Santo a través de La Palabra de Dios.
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Jesús dijo: “No he
venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son
pecadores y necesitan arrepentirse” Lucas 5:32. (NTV)
REFLEXIÓN:
ü Qué fue lo que cambió a Pablo?
ü Qué necesito para cambiar de
mentalidad, de actitud y comportamiento?
ü Puedes usar un relato de cambio,
de tu propia experiencia para compartir el mensaje de Jesús?
Oro,
en el nombre de Jesús para que el Espíritu de Dios produzca en ti
arrepentimiento. Amén.
¡DIOS TE BENDICE!
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