Todos, todos fracasamos alguna vez y la pregunta clave en ésos momentos NO es preguntarnos: ¿cómo pude dejar que ocurriera? Sino ¿cómo puedo rectificarlo? Lo más natural es albergar pensamientos de auto condenación, pero no ayuda a nada, más bien produce desánimo y añade al fracaso , fracaso-
Debemos creer en el perdón de Dios, confesar nuestro pecado y pedirle que produzca en nosotros arrepentimiento.
- Él es un Dios de arrepentimiento y no de estancarse en remordimientos,
- Él es un Dios de levantarse y no de sumirse en el fracaso.
- Ël es un Dios fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. (1Jn. 1:9)
El apóstol Pablo dijo en Filipenses 3:
13,14:
“Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo
que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que
está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos
llama a recibir por medio de Cristo Jesús”.
Como niño aprendamos a andar, cuando caigamos no nos quedemos
rendidos en el suelo, permanezcamos ahí el menos tiempo posible, levantémonos y
volvamos a andar.
REFLEXIÓN:
- Tengo sentimientos de culpabilidad por un
pecado que cometí en el pasado?
¡DIOS
TE BENDICE!
.
La santidad es un camino, no un lugar . Si caemos, el plan de Dios es sencillo: “Vuelve al sendero inmediatamente, confiesa tu pecado y por la fe en Jesús acepta el perdón de Dios.
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