br /> No se es maduro por el tiempo de pertenecer a una iglesia, ni qué edad tengamos; la madurez viene como resultado de cómo capitalizamos las experiencias que Dios permite atravesar. Lógicamente, entre más años tengamos, más sabiduría tendremos y si hemos confiado en Dios qué mejor sería transmitirla a las nuevas generaciones, aún siendo viejo. Dios mío, no me abandones aun cuando esté viejo y con canas, hasta que les cuente a las nuevas generaciones acerca de tu poder y de tu fortaleza. (Sal. 71:18 PDT). El poder de Dios debe ser proclamado. Dios quiere que seamos portadores de las grandezas que ha hecho en nuestras vidas para que su nombre sea santificado, su programa se extienda y se haga su voluntad en la tierra como se hace en el cielo. Porque suyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. (Mat.6:9,11; 13 RVR) Bendito y alabado sea el nombre de nuestro Dios. REFLEXIÓN ¿He experimentado el poder de Dios en mi vida? ¿C...
DEVOCIONALES DIARIOS QUE ESTRECHARÁN TU RELACIÓN CON DIOS, MIENTRAS CONOCES DE SU PALABRA