Recordemos que cuando decimos "porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén (Mat.6:13 RVR), nuestra respuesta debe ser:
- Obedecer el mensaje de Dios. No es suficiente hablar de Él, no es suficiente oír. (Mat.7:21); (Stgo 1:22)
- Admitir que no tengo la capacidad, ni la sabiduría para tomar el control de mi vida. Debo rendirme para hacer su voluntad.
- Dejar de resistir a Dios porque eso me trae salvación, me da el privilegio de estar cerca de Él y de servirle.
- Rindamos nuestras mentes a Dios llenándola con su Palabra.
- Rindamos nuestros cuerpos a Dios expresando su amor y su perdón.
- Rindamos nuestro tiempo a Dios ocupándonos en lo espiritual.
- Rindamos nuestros talentos y dones sirviéndole en su reino para que sea extendido.
Afortunados los que confían en el Señor. (Sal.2:13 PDT)
OREMOS:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre porque me has dado a tu Hijo, porque te ha placido que él sea el Rey de Reyes y Señor de Señores, porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria por todos los siglos. Venga tu reino para que tu voluntad se haga en la tierra como se hace en el cielo.
Perdóname porque aún me resisto a ti, aún soy rebelde, tengo dudas, muchas veces me conformo solo con escuchar tu mensaje y no lo obedezco. Pero hoy estoy decidiendo rendirme a ti, reconocer que solo no puedo y entregarte el control de mi vida para que seas mi Rey.
Te doy muchas gracias Señor por tu perdón y tu amor incondicional. Amén.
DIOS TE BENDICE.
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