Jesús
oyó la noticia que su amigo Lázaro estaba enfermo. Pasado dos días les dijo a
sus discípulos: “Volvamos a Judea”. Pero sus discípulos se opusieron diciendo:
Rabí, hace solo unos días, la gente de Judea trató de apedrearte, ¿irás allí de
nuevo? Tomás, les dijo a los discípulos:
Vamos nosotros también y moriremos con Jesús”. (Juan 11: 4, 16)
Estas son palabras valientes de un
hombre que ahora no tiene ninguna duda, él anima a sus compañeros a no
abandonar al Maestro y seguirlo hasta la muerte a pesar del peligro que le
rodeaba. La gracia empujó a Tomás a manifestar su lealtad y su amor por Jesús.
Pasó a ser un hombre incrédulo a un hombre de fe madura.
El Dios invisible se hizo visible a
través de Cristo y se manifestó. Bajó del cielo, murió en la cruz por nuestros
pecados y resucitó para que tú y yo lo veamos. Tenemos la oportunidad para ver
y creer, ver a Cristo con los ojos de la fe y vivirá en nuestro corazón.
Te reto a
que te atrevas a experimentarlo. Él es real.
Invítalo a tu vida. DIOS TE BENDICE.
Comentarios
Publicar un comentario