Dos sapos cayeron en una lata de crema, por lo menos
así me lo contaron. Los lados de la lata eran altos y resbalosos, la crema era
profunda y fría. “Oh, ¿qué voy a hacer?, dijo el número uno, es el destino, no
hay quien me ayude, ¡adiós amigo, adiós mundo cruel”. Y aun llorando, se
hundió. Pero el número dos, de naturaleza más recia, chapoteó de sorpresa, y
limpiándose la crema de la cara y secándose la crema de los ojos, dijo: “Por lo
menos nadaré un poco”, o así me lo han contado, “No significará nada para el
mundo si un sapo más muere ahogado”. Una o dos horas pataleó y nadó. Nunca se
detuvo para lamentarse, sino que pataleó y nadó, y nadó y pataleó, hasta que salió
arrastrándose por la mantequilla.
Autor desconocido.
Somos responsables de la visión
que tengamos de la vida. Nuestra actitud y nuestra acción hacia la vida
determinan lo que nos sucede. Gál.6: 7 dice:
“Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Dios es
suficiente para producir en nosotros los deseos de cambiar, pero la decisión de
actuar bajo ese deseo es nuestra. Pablo tenía un
propósito bien claro: olvidarse lo que quedaba atrás y esforzarse por lo que
está adelante avanzando hacia la meta. Fl.3:13,16
¿Cuál es
tu visión para el 2021?
¿Cuál es
tu propósito para el 2021?
Cuando carecemos de
propósitos carecemos de realización.
ORO, para que Cristo sea el
centro de tu vida, encuentres en Él la sabiduría y el conocimiento y te guíe a
un futuro lleno de paz y esperanza.
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